On view now!
En lo personal es politico de la artista visual Eugenia Martinez, el trabajo doméstico remunerado y no remunerado que por lo regular llevamos a cabo las mujeres en hogares propios y ajenos, es incómodo, es doloroso y es el punto de partida de una instalación que recupera la disposición de un tendedero de lienzos negros sostenidos por pinzas para colgar ropa que contienen consignas escuchadas y leídas en diversas protestas feministas, y que han sido clavadas con alfileres: estos como una micro-síntesis del trabajo doméstico, pero también como metáfora de un proyecto inacabado que es la presunción de igualdad entre géneros que no se ha concretado en ningún ámbito.
A diferencia de la pieza de Mayer, hay aquí un paisaje instituido: es la línea de horizonte que conforman las cuerdas de tendido con las consignas recuperadas por Eugenia Martínez en un largo proceso de investigación sobre la protesta pública feminista. Las cuerdas aluden a la horizontalidad del feminismo que busca derribar también la verticalidad de las estructuras de poder que rigen al capitalismo y al patriarcado. Del Yo sí te creo al #MeToo, los lienzos en luto buscan deliberadamente incomodar con su disposición en la sala y con el contenido de frases como: Capitalismo y patriarcado dependen de nuestro trabajo doméstico.
A tiempo que van leyendo consignas como esta, los visitantes a la exposición tienen que encorvarse, mover el cuerpo, sentir la opresión y verse afectados para poder recorrer el laberinto de tendederos que los increpan mientras están en potencia de pincharse con los alfileres que prenden la tela negra a la palabra. A los tendederos los acompaña la pieza sonora del artista turco-finlandés Khan of Finland, que reverbera dentro de toda la sala con diversas frases incluidas en el contexto de esta exposición. Mi cuerpo, mi decisión. Vivas nos queremos. Nos matan y nos violan. Ni una más.
La incomodidad del desplazamiento en la sala es también una metáfora de las pedagogías de la crueldad que se inscriben diariamente en el cuerpo de las mujeres: campos de guerra en donde permanece indeleble la impronta de la violencia patriarcal y machista del acoso, del hostigamiento, de la violación y del feminicidio (Cfr. Segato, González Rodríguez). El aniquilamiento deja su huella también en el cuerpo femenino en un país de más de 40,000 desaparecidos 4.
El laberinto que estamos por recorrer, nos confrontará físicamente con una pieza escultórica de gran formato que encontraremos eventualmente a nuestro paso: un hombre ataviado con un traje que porta una máscara de toro mientras permanece encerrado, contenido en un capelo de acrílico esgrafiado con la frase Son sólo alfileres, repetida al infinito. Es una alusión al laberinto construido por Dédalo para contener la fuerza y la furia del Minotauro, aquel engendro mítico, mitad hombre, mitad toro que engullía seres humanos. La referencia al minotauro como epítome del patriarcado relacionada con la figura de artistas como Picasso, el macho ideal del arte encumbrado por la propia historia como un genio que exploró y asimiló al minotauro y al toro como una especie de alter ego. ¿Cómo desmontar aquellas figuras de autoridad perpetuadas para poder pensar en la horizontalidad, como propone Eugenia con este proyecto?